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Christmas Dinner Prayer

Oración de Navidad para recitar en Familia

En los alegres días de Navidad, nuestros corazones se llenan de gratitud y anticipación por el nacimiento de nuestro Salvador, Jesus. Entre las decoraciones navideñas, los villancicos, el intercambio de regalos y las reuniones con familiares y amigos, hay una tradición que ocupa un lugar especial en el corazón de muchos creyentes: la oración del almuerzo de Navidad. Esta oración no es un simple ritual, sino una verdadera expresión de fe, así como una forma de invitar a Dios a nuestros hogares durante las fiestas. De hecho, es un momento en el que nos detenemos a apreciar la abundancia de bendiciones que hemos recibido y a reconocer la fuente de todo bien en nuestras vidas.
Pero, cómo rezamos la oración de Navidad? Cómo bendecimos la mesa en Navidad?

 

Adornos para el Árbol de Navidad del Vaticano
 

Bendición Navideña de la Familia

Rezar durante la comida o la cena de Navidad es una antigua tradición que une a familiares y amigos en un espíritu de gratitud y agradecimiento. Una vez reunidos en torno a la mesa puesta, podemos tomarnos un momento para reflexionar sobre el significado más profundo de la Navidad y los regalos que Jesús trajo con su nacimiento. De este modo, la oración de la cena de Navidad nos permite expresar nuestro agradecimiento no sólo por la comida, sino también por el amor que nos une como familia y como parte de la comunidad católica.

 

En esta oración, es costumbre incluir intenciones por los menos afortunados, recordándonos que el verdadero espíritu de la Navidad reside en el amor desinteresado y la compasión. Inclinando la cabeza y uniendo las manos en oración, recordamos el mensaje de Cristo: amarnos los unos a los otros como Él nos amó.
Luego recitamos:

 

Dios nuestro,
en esta Navidad, te agradecemos por la comida que generosamente hemos recibido.
Bendice esta comida y haz que nuestra gratitud resuene como un canto de alabanza.
Recuérdanos siempre a aquellos que tienen menos que nosotros y guíanos a compartir con generosidad.
Que esta comida fortalezca nuestros cuerpos y tu amor nutra nuestras almas.
Gracias por tu constante presencia en nuestra vida.
Amén.

 

En este sencillo gesto de agradecimiento y recuerdo de los menos afortunados, encontramos una profunda conexión con el verdadero significado de la Navidad. Al reunirnos en torno a nuestras mesas en estas fiestas, que las bendiciones que recibimos nos inspiren a ser una bendición para los demás. Dejemos que el calor de esta práctica sagrada perdure en nuestros corazones, alimentando un espíritu de bondad que se extienda más allá de las fiestas. Que el amor que compartimos en torno a nuestra mesa navideña sea un faro de esperanza y un recordatorio de la gracia propia de esta época tan especial del año.

Al final, mientras reconocemos conscientemente la abundancia de la que disfrutamos, alimentemos por fin nuestros cuerpos y nuestras almas con tiempo de calidad en compañía de amigos y familiares: Feliz Navidad a todos!

 

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