¿Puede una oración ayudar un enfermo o una enferma a recuperarse rápidamente de su enfermedad o hacer que se sienta mejor? Pensamos eso de verdad y sugerimos meditar sobre los versículos de la Biblia a continuación.
Portarse positivamente hacia los enfermos, puede ayudarles a recuperarse más rápidamente por al menos 3 motivos.
- Cuando rezamos para un amigo o una persona querida que está enferma, sufrimos con él/ella. La compasión en un instrumento muy poderoso: la persona enferma se sentirá más fuerte y menos sola en su batalla contra la enfermedad.
- Cuando recitamos una oración para una persona enferma, estamos declarando que creemos en una curación milagrosa, como las que podemos leer en la Biblia. Además, que nuestro Dios tan milagroso puede curar hoy también. Nuestra fe es un instrumento con mucho poder, puede reforzar la esperanza de una persona enferma y ayudar su curación
- Aunque creiamos en el poder de las oraciones, no podemos olvidar que la curación depende no solo de la voluntad de Dios. Nuestras oraciones no son peticiones, sino actos de fe.
4 Versículos para Una Persona Enferma
Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo.
Proverbios 4:20-22
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, él que sana todas tus dolencias; él que rescata del hoyo tu vida, él que te corona de favores y misericordias.
Salmos 103:2-4
Jehová lo guardará, y le dará vida; será bienaventurado en la tierra y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad.
Salmos 41:2-3
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16
Antes de empezar tus oraciones:
- Encuentra un lugar tranquilo y concéntrate sobre la persona enferma que quieres ayudar.
- Dedica 10-15 minutos diarios al rezar.
Concéntrate en un símbolo religioso, como puede ser la medalla bendecida de San Peregrino Laziosi, el Santo Protector de los enfermos de cáncer.
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