Una tradición milenaria que cada año anima a centenares de personas a que empiecen un viaje desafiante y a la vez espiritual, que finalmente termina en la Catedral de Santiago de Compostela, en Galicia. Te invitamos a que lo descubras virtualmente con nosotros.
Intuitivamente, “camino” se refiere a la peregrinación de los fieles por las rutas que conducen a Santiago de Compostela, la ciudad situada en el noroeste de España. Aquí se encuentra sepultado Santiago el Mayor, uno de los apóstoles de Cristo. Jacobo, Yago, Jaime, Santiago, Thiago y Diego son solo algunas variantes del mismo nombre en español. En particular, “Santiago” es una contracción de Santo Tiago.
Existen 9 rutas que conducen a Santiago de Compostela: Camino Portugués, Camino Francés por Roncesvalles, Camino Francés por Somport, Camino del Norte, Camino Primitivo, Camino Inglés, Vía de la Plata, Itinerario Jacobeo del Mar de Arousa y Río Ulla y finalmente Camino a Finisterre, empezando en diferentes países. Los más famosos sin duda son el Camino Francés por Roncesvalles y el Camino Primitivo (Oviedo).
Camino a Finisterre es la única de las rutas que no tiene su meta en Santiago, que en cambio es su origen, siendo Finisterre su fin. Finisterre fue antiguamente considerado el fin del mundo (“Finis Terrae” en latín).
Para ser identificado como peregrino y obtener al final el certificado “Compostela”, el caminante tiene que empezar su viaje con una credencial oficial de peregrino, que recolectará los sellos de los albergueros a lo largo de la ruta. Los últimos 100 km es la distancia mínima que se tiene que recorrer (a caballo o a pie) para recibir la acreditación final. Cada viajero elige la cantidad de kilometros que quiere cubrir cada día, según sus propias fuerzas.
Por último, la ciudad antigua de Santiago es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985, y el Camino ha sido reconocido como primer Itinerario Cultural Europeo en 1987.