Junto al Bautizo y la Confirmación, la Primera Comunión forma los tres “Sacramentos de iniciación” en la fe cristiana. Es un evento que cambia la vida.
1. Comunión con Jesús
Mediante la Eucaristía, el fiel se “fusiona” con Cristo y con su Iglesia. San Cirilo de Alejandría lo describió como la fusión de la cera derretida con más cera. Para ser un buen cristiano, el fiel tiene que aspirar a vivir como vivió Cristo.
2. Destrucción del Pecado Venial
La Eucaristía destruye el pecado venial, siendo este de fácil remisión. Sin embargo, si no se repara con tiempo, este pecado nos hace vulnerables al pecado mortal. El sacramento de la Eucaristía quema los vestigios de nuestros pecados veniales y nos deja purificados para comenzar una nueva vida.
3. Consolación Espiritual
La Sagrada Comunión nos deja experimentar la verdadera unión con Jesucristo, y con Dios, a través de su Hijo. Si estamos atravesando un momento difícil, siempre podemos acogernos a la Eucaristía, que es nuestra fuente de felicidad, esperanza y paz.
4. Una Relación Personal con Jesucristo
Como cristianos, tenemos que cultivar nuestra relación individual con Jesús. Podemos hacerlo por medio de nuestra rutina de oraciones y las meditaciones diarias. Sin embargo, la Eucaristía es la herramienta que mejor nos acerca a Jesús
5. Eucaristía Como Punto Focal de Nuestra Vida
Una vez asimilado el profundo significado de la Eucaristía, es aconsejable convertir este sacramento en una constante en nuestras vidas para reforzar y alimentar nuestra conexión con Dios.
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